Prof. Edward Céspedes
Magíster en Gestión de la Tecnología Educativa
Una de las principales
competencias que entendemos deben adquirir los seres humanos en un mundo sujeto
a cambios constantes, es la de la convivencia y la tolerancia a las diferentes
culturas a nivel global. La nueva forma de vida y las nuevas tecnologías, así
lo indican. Es por ello por lo que consciente de este tema, nos proponemos a
compartirlo con todos ustedes.
La Educación
Intercultural es una alternativa que promueve y favorece
dinámicas inclusivas en todos los procesos de socialización, aprendizaje y
convivencia dentro del entorno educativo. Ayuda a desarrollar competencias
y actitudes para la participación ciudadana activa en la
construcción de una sociedad pluricultural, justa y equitativa.
Esta es para toda la población,
porque supone convivencia respetuosa entre personas y comunidades que reconocen
sus diferencias en un diálogo sin prejuicios ni exclusiones.
Educar para la convivencia intercultural es la
propuesta de acción pedagógica de carácter inclusivo que atiende a esa necesidad,
la de responder a formar en el respeto de la diversidad cultural a todos los
niños, jóvenes y mayores en una sociedad cada vez más heterogénea y plural.
Según Aguado (2003), “la educación intercultural nutre e impregna los
principios de una educación inclusiva, donde el referente pedagógico por
excelencia es la vivencia y convivencia de la diferencia cultural y social
como factor de enriquecimiento educativo”.
Esta es,
además, el proceso de educación ciudadana que promueve la diversidad cultural
en todos los niveles educativos, con la participación del estado, la familia y
la sociedad. Su finalidad es garantizar la equidad de los derechos
sociales en el ámbito educativo (Pérez, 2017). Este aspecto es muy clave, ya
que estamos formando sujetos no solo competentes, sino también con lo que es
una ciudadanía global, misma que le permite interactuar con sus semejantes a
nivel mundial, interacción que está siendo mediada en el presente, por las
nuevas tecnologías, las cuales nos conectan y nos acercan a los demás.
Nos adherimos totalmente al planteamiento que hace Pérez 2017 en el entendido de que cada estado debe ser el mayor garante de que la diversidad cultural se pueda expresar a todos los niveles, no solo de la educación, sino también de la sociedad en su conjunto, ya que además de las aulas, convivimos en diferentes espacios sociales, en los cuales se debe promover equidad y la garantía del cumplimento de los derechos sociales y ciudadanos.
Según Aguado (2003), “la educación intercultural nutre
e impregna los principios de una educación inclusiva, donde el referente
pedagógico por excelencia es la vivencia y convivencia de la diferencia
cultural y social como factor de enriquecimiento educativo”.
Los sistemas educativos deben asegurar unas bases
sólidas para la igualdad de oportunidades en la escuela, el trabajo y la
sociedad, atendiendo a la diversidad de géneros, etnias y culturas a partir de
un reconocimiento entre iguales basado en el respeto a la diversidad. Así pues,
la educación intercultural, (…) se convierte en la mejor forma de prevenir el
racismo y la xenofobia, así como de promover una convivencia basada en el
respeto a la diferencia cultural como legítima en su diferencia.
Si bien es cierto lo que plantea Valverde, 2010
cuando dice: “La interculturalidad surge en las relaciones entre sujetos que se
suponen a sí mismos diferentes de otros con quienes tienen algún tipo de
interacción”. Debemos promover esta cultura en las aulas de nuestro país, para
que cada vez más tengamos ciudadanos competentes y con valores universales.
“Es
importante además, aprovechar la
diversidad cultural, que supone construir de manera cooperativa y participativa un currículo que promueva la aportación de diferentes
significados culturales en el tratamiento educativo de temas diversos en las
diferentes áreas curriculares, es decir, interculturalizar el currículo
escolar para que éste refleje las diferentes miradas, sensibilidades y
aportaciones culturales relevantes en relación al conocimiento científico y
crítico que se imparte en las organizaciones escolares”. (Leiva Olivencia, 2011).
Entendemos que este tipo de educación debe ser
promovido en todas las sociedades,
porque en ellas residen personas de diferentes partes del mundo y es
importante, además, mantener y promover una cultura de paz y de convivencia
armónica donde todas las personas puedan vivir y desarrollarse. En tiempos en
que la humanidad demanda de mayor solidaridad y hermandad entre los pueblos,
sin importar las diferencias, ya que son estas las que nos nutren y
complementan.
Prof. Edward Céspedes
Magíster en Gestión de la Tecnología Educativa
Doctorando en Ciencias de la Educación
https://panoramaeducativord.blogspot.com/
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